Hace unos días se celebró el día del papá con las respectivas celebraciones familiares, donde los niños agasajaron a sus papitos
entregándoles todo el cariño y el aprecio que sienten por el ser que les dio la vida.
Muchas veces son mal catalogados por los hijos, como el personaje enojón y aprensivo de la familia, generalmente por la trama que desarrolla durante el día la mamá para que sus hijos sean obedientes. El Papá es simplemente un ser que solo busca afecto en sus hijos cuando llega cansado después de una larga jornada en el trabajo.
Muchas veces solo quiere ver la sonrisa de sus hijos al llegar y que lo esperen con alguna travesura graciosa que lo desconecte de su trabajo cotidiano. Menos espera llegar a reprenderlos al llegar por un mal comportamiento diario.
En este caso, no comparto la tradición impuesta por la gran mayoría de las mamás que crean un falso ser castigador y de mal genio permanente llamado “Jefe de Familia”.
En este punto, los padres modernos, más que castigadores hoy cumplen un rol más bien de compañeros de juegos de sus hijos y por ende siempre están dispuestos a compartir con ellos y jugar a la par cuando la situación así lo amerite.
Por ende, estimadas mamitas, dejen en el pasado el fantasma de inculcarles a sus hijos que el papá es un ser castigador y represor y por el contrario, compartan ese amor que el también merece de parte de sus hijos, sobre todo cuando llegue del trabajo. El sonreír a diario frente a una travesura de nuestros hijos en momentos, nos saca de nuestra rutina y por más traviesos que ellos sean, de igual forma, nos harán acordar de nuestra niñez y de cómo éramos felices cuando niños.
Estimadas mamitas los papás merecen el mismo amor que ustedes reciben de los niños, solo de esta forma los papás también podrán estar más cerca de sus hijos.
Los roles y responsabilidades se deben compartir a diario, pero la niñez nunca se debe erradicar de nuestras vidas, sobre todo cuando somos padres.