Desde que inició el nuevo Gobierno en marzo, pareciera que este tema nos va a acompañar durante todo el mandato.
Si bien hoy más que nunca los sindicatos y los trabajadores, en general, se sienten más en derecho de protestar por lo que “Según ellos, les parece injusto- referente a salarios y tratos laborales”.
Pero es importante destacar que dentro de la materia de protestas y huelgas, existen unas que son legales y otras que caen en conductas ilegales que atentan contra el normal desempeño de la población.
Es por ello que cuando existe una protesta legal- autorizada los trabajadores pueden expresar libremente su postura frente a una situación determinada de índole laboral y en este caso las fuerzas de orden y seguridad, no les harán nada...
Pero cuando existen por el contrario, tomas de fábricas, lugares prioritarios e infraestructura crítica en peligro, bloqueos de calles impidiendo el libre tránsito vehicular, la situación cambia. Tornando este llamado a protesta y huelga en “Una toma o protesta ilegal”. Motivo por el cual las autoridades deben actuar por medio de Carabineros y personal de seguridad.
Este tipo de ejemplo lo vimos en la productora y distribuidora de combustibles de ENAP en la Región de Bio Bio. Aquí se pretendía parar la distribución de combustibles para toda la zona sur con la huelga de los trabajadores subcontratistas, en este caso una huelga ilegal, ya que su movimiento atenta contra la normal distribución de combustibles para esta zona. Por lo tanto, aquí el “Gobierno no puede negociar en este caso, teniendo que disolver en forma rápida la protesta”.
En este punto, no importa el color político de los involucrados “como declaraba un trabajador que decía vociferando fuerte. …Yo vote por Boric y ahora nos reprime...
El término de huelga o paro ilegal no debe ser permitido “por ningún Gobierno” cuando éste pretenda paralizar un país, por más temerario y unido que resulte este movimiento popular. Cuando se afecta a la población, de libre circulación de ambulancias, bomberos, abastecimiento y agentes de seguridad y se daña la infraestructura crítica, como fue en este caso, la problemática cambia de tono, convirtiéndose en un evento que se debe atacar en forma rápida.
Finalmente si la gente pierde la paciencia en este tema, difícilmente avanzaremos y retomaremos la normalidad como país...