Al analizar los precios que hoy presenta nuestra canasta familiar mensual, nos podemos dar cuenta que de un mes a otro, tenemos una gran variación, la que está más relacionada con el abuso y la especulación que existe en la cadena de distribución.
En este punto es importante detenerse en un factor clave frente a la venta de productos que cuentan con una cadena de distribución, como son las frutas y verduras, en este caso, no son los productores iniciales que multiplican los precios, sino los distribuidores de los mismos, ya que estos distribuidores y a la vez revendedores, muchas veces compran a precios irrisorios los productos en el campo a los productores y cuando ellos los distribuyen, los precios se multiplican más de una u otro vez. Es decir, cuando hablaban en las noticias de que la papa subiría, los especuladores al otro día, subían considerablemente los precios en el mercado, siendo que en el sur de Chile los productores no habían subido sus precios, y muchas veces por el contrario, tienen que bajar sus precios ante los compradores para poder vender completa su producción.
Otro punto importante es que en el mismo caso de los productores de papa, menos podrían acumular y guardar sus papas si en unos meses más, salen las primeras cosechas de papa nueva y por ende, nadie querrá comprar la producción antigua.
Con esto nos damos cuenta que el mercado está en manos de inescrupulosos que suben cuando quieren los precios y no existe regulación, si mucho abuso con las familias chilenas, sobre todo por parte de las grandes cadenas de distribución como son los supermercados, que cobran hasta el doble que las fruterías y locales de venta directa.