El show de la política es así, un día se tratan de lo peor frente a las cámaras y la opinión pública para atraer la atención
y cuando lo logran, al otro día se abrazan y comparten como los mejores amigos.
Así es la política, sucia e irreverente, capaz de hacer creer al pueblo chileno que están votando por los mejores candidatos, pero a la hora de solicitar sus servicios “nunca están para los chilenos” salvo que haya un interés de por medio.
Es cosa de preguntarles a la gran mayoría de los profesionales que han colaborado en las campañas, tanto para alcaldes, parlamentarios y presidenciales con la esperanza de asegurarse un buen cargo en el Gobierno o una entidad relacionada. De ellos solo a algunos les cumplen con sus innumerables promesas partidistas. Solo se cumplen los cuoteos y favores políticos comprometidos directamente con los partidos. Cupos que siempre son entregados por conveniencia.
Al respecto al analizar las últimas elecciones “primarias, verdaderamente queda una sensación de gasto innecesario para el Estado Chileno”. Primero que nada, tenemos que no todos los partidos participan con sus candidatos, luego la comunidad no tiene ningún interés por participar, preparan una parafernalia para todo el universo con derecho a voto y solo participa una parte de los chilenos, incurriendo en un gasto millonario. Ahora vienen las elecciones presidenciales, primera y segunda vuelta y sigue el gasto Estatal y Chile cada día suma más inflación y endeudamiento de todos los chilenos...
¿Por qué no evitar tanto despilfarro en gasto político en nuestro país? Todos esos recursos vendrían mejor para construir hospitales, mejorar la educación y darles una digna jubilación a las personas de la tercera edad.