Tras los anuncios del Gobierno en materia de beneficios para los chilenos que se encuentran en cuarentena por el Corona virus,
pareciera que existen dos Chile: Uno de clase A, donde se encuentran todos los chilenos de escasos recursos que pueden optar por su condición a todos los beneficios tanto en aportes de dinero, canastas familiares y diversos bonos, y los que clase alta que pueden optar por diversas ayudas de la banca con préstamos por doquier, condonaciones y aplazamientos de deudas, perdonazos y muchas más ayudas. Siendo que además los grandes empresarios y personas acomodadas “siempre cuentan con recursos extras para poder afrontar una crisis económica y social como la que estamos viviendo desde el 18 de Octubre y ahora, a contar de marzo se suma una pandemia sanitaria”. Es decir, llevamos más de seis meses viviendo algunos con aportes extras del gobierno o de sus propias arcas y el resto cómo lo hace para sobrevivir...
Es decir, el Chile de clase B, que es la gran mayoría de los chilenos “mal denominada clase media” ha tenido que sobrevivir en estos más de seis meses sumido en la pobreza y en las deudas, ya que de aportes del estado contamos con “0 aporte porque
según el Estado...no calificamos”.
Pero si a esto le sumamos que la gran mayoría hoy sobre endeudados y en muchos casos actualmente en “Dicom” microempresarios con deudas previsionales que se siguen sumando, donde a pesar de todo se niegan a bajar los brazos trabajando... cómo sea... para no despedir a sus trabajadores. ¿Cómo creen ustedes y el Presidente de la República y ministros que la banca le va a prestar capital de trabajo si están en Dicom y tienen deudas previsionales, Ivas bajos, si esto es lo primero que piden los banco antes de iniciar cualquier tipo de trámite?
Señores políticos no separen a Chile en dos, la clase media y los pequeños empresarios históricamente han movido el país y han dado trabajo y siempre hacen lo imposible para no despedir a sus trabajadores a diferencia de las grandes empresas que a la primera, son capaces de cerrar fábricas sin medir consecuencias familiares.
La ayuda debe ser para todos, sino no constituye nada, ya que en algunas familias de escasos recursos se han entregado tanta ayuda sin control, que al final han terminado vendiendo las mismas canastas familiares que les da el Gobierno.
Si quieren entregar ayudas en canastas familiares por que no usan a los mismos militares y fuerzas armadas y recorren las poblaciones entregando víveres como lo han hecho otros países, certificando que esta ayuda es bien recibida y a la vez muy agradecida.
Este es solo un ejemplo de lo que están viviendo miles de familia que hoy ya no saben qué hacer y microempresarios que están a la deriva, en un “Chile de Clase B”.