Pareciera ser que hoy hemos vuelto a la edad de piedra, era de las cavernas o algo parecido, mientras por otra parte exigimos,
educación pública de calidad y gratuita, porque la educación es un derecho. Soy profesor por más de 35 años y me indigna ser testigo de las constantes y permanentes agresiones que reciben profesores y otros profesionales públicos, como los de la salud, por ejemplo. Agresiones que seguirán hasta que no haya una ley o una institucionalidad que proteja de verdad a los profesores y a otros funcionarios públicos. Para los Carabineros, por ejemplo, existe al menos el “maltrato de obra”, sin embargo, aun así son agredidos. Entonces, ¿Qué más podemos esperar hoy con los profesores y profesoras? A ellos se les puede acusar, incluso sin pruebas, pero cuando son agredidos todo queda en nada. Los que agreden no saben cuánto cuesta formar un profesor o profesora, tanto al estado como a sus padres, a ellos mismos que se endeudan por querer serlo. Así es obvio que después del cuarto año muchos profesores deserten del sistema escolar.
Estimados políticos que hoy añoran un escaño en el parlamento o que pretenden ser presidentes de Chile, basta ya de promesas de un Chile mejor. Chile será mejor cuando seamos capaces de dialogar, de respetarnos el uno al otro, de pensar en “nosotros”, dejando de lado el egoísmo que nos ha enseñado este modelo, que muchos dicen querer cambiar, pero nada se hace para ello. Basta Ya! Lo que pasó en la Escuela Árabe Siria con un nobel profesor, nunca más!
Ramón Soto Marín
Director de Escuela de Educación
Universidad Santo Tomás Puerto Montt