
Actualmente, Chile es hoy uno de los países más longevos de Latinoamérica, situación que trae consigo el envejecimiento
demográfico de la población. Lo anterior se debería a dos factores: la baja tasa de natalidad que existe en el país, que se acentuó en la década de los años ‘60, y la alta esperanza de vida de los chilenos, que llega a los 79 años en promedio.
Ahora bien, el envejecimiento demográfico de la población es el triple del registrado hace cuatro décadas. Por ejemplo, si en 1970 en Chile había 19 personas con 60 años de edad o más por cada cien menores de 15 años, en el 2010 hay 58. Debido a este incremento de la población, los denominados adultos mayores son un segmento de preocupación y obliga a la creación de políticas públicas con el fin de mejorar su calidad de vida y optimizar sus índices de satisfacción. Se espera que para el 2025 por lo menos el 20 por ciento de la población sea mayor de 60 años, hecho importante de considerar en términos de políticas públicas, más que pronto la denominada “Cuarta edad tendrá un reconocimiento legal para los adultos mayores de 80 años.
Tras apreciar ésta realidad en la población chilena que cada día ha tenido una mayor expectativa de vida, también se ve un aumento en la cantidad de madres adultas que se embarazan por primera vez, así no es de extrañar ver a mujeres mayores de 40 años teniendo bebés sin ningún problema. Y prolongando su vida sexual y gestacional - fertilidad en forma asistida, siempre controladas por su médico tratante.
Esto también esta incidiendo en las personas de la tercera edad, quienes hoy han desarrollado de mejor forma sus inquietudes, estudiando y haciendo actividades que antes solo eran factibles para jóvenes. Es así como hoy vemos a las personas de la tercera edad muy activos y llenos de energía practicando deportes, vida sana y disfrutando de su día a día en plenitud, factor que obviamente ha contribuido a prolongar sus años dorados.