Académicos de la Facultad de Ciencias de la Vida de Universidad Andrés Bello y Centro de Investigación Marinas de Quintay, obtienen patente INAPI.
La invención patentada se basa en una nueva herramienta biotecnológica que hace más eficiente la producción de un recurso de amplio uso en alimentación, medicina y biotecnología.
A partir de la ejecución del proyecto FONDEF ID15I10320, un equipo del Centro de Investigaciones Marina de Quintay, CIMARCQ, perteneciente a la Facultad de Ciencias de la Vida de Universidad Andrés Bello, se ha adjudicado recientemente la patente INAPI (Instituto Nacional de Propiedad Industrial), Sistema de cultivo inclinado y método de resuspensión de esporas para el esporocultivo de algas rojas (WO/2020/132760).
El director de la iniciativa científica, y profesor asociado de UNAB, Dr. Cristian Bulboa, comentó con satisfacción los beneficios que la aplicación de este trabajo puede traer para productores en todo el mundo, quienes suelen ver entorpecidos sus cultivos clonales de Gracilaria, Gigartina, Euchema y Kappaphycus, entre otras algas de gran uso, al utilizar la fragmentación clonal como vía de propagación y cultivo, produciendo así su envejecimiento y, por ende, una pérdida de productividad.
“Lo que hicimos fue diseñar una herramienta biotecnológica que desafía la falta de movilidad de las esporas de algas rojas, a través de un proceso de resuspensión, en el cual se inyecta aire desde el fondo de un estanque y se aprovechan las esporas no asentadas, logrando dar solución a este problema, y posibilitando un proceso de siembra de sustrato con esporas, altamente eficiente. Además, esto rompe un paradigma biotecnológico hasta ahora asumido en todo el mundo que decía que no era posible usar este tipo de esporas como semillas de forma productiva”, explica el Dr. Bulboa.
Segú recuerda el director del estudio, el desarrollo de la invención se llevó a cabo entre 2016 y 2018, y tuvo su origen en la observación hecha por Ignacio Pérez-Massad, en ese entonces alumno de Ingeniería en Acuicultura de Universidad Andrés Bello. “Le propuse cómo podríamos responder a esa problemática con una idea primaria, y él diseño las pruebas. A eso, además, se sumó el apoyo y experiencia de la Dra. Loretto Contreras-Porcia, profesora titular e investigadora de la Facultad de Ciencias de la Vida y de la Msc. Marcela Ávila, ambas reconocidas ficólogas chilenas, con amplia experiencia en el estudio de las algas”.
Este nuevo sistema de cultivo es así un importante avance para la Acuicultura y para los productores de algas altamente utilizadas en todo el planeta, y es también la confirmación del importante trabajo que CIMARQ, de la Facultad de Ciencias de la Vida UNAB, lleva a cabo para el desarrollo productivo de nuestro mar.