Este año, y de manera excepcional, las vacaciones de invierno de los niños se extendieron a tres semanas, a diferencia de las dos .
Esto siempre ha sido a lo que estábamos acostumbrados. Las enfermedades respiratorias y la alta circulación de virus estacionales adelantaron el descanso de mitad de año. Ahora, con su regreso a clases, ¿Cómo podemos evitar que los niños se estresen? La psicóloga infantil de Clínica INDISA, Andrea Saavedra, entrega consejos para los padres preocupados.
El poco tiempo y el número de responsabilidades que crece día a día ya no solo afectan a los adultos, sino que también a los niños. “Muchas veces, el estrés escolar es mirado en menos y no se le pone la atención que requiere para frenar los efectos a tiempo”, señala la especialista.
Dentro de los principales motivos del estrés escolar, se encuentra que los niños no se ven a sí mismos capaces de hacer todas las tareas que se les encomiendan, además de la mezcla de exceso de actividades, presión de los profesores y más presión de los padres, todo lo cual puede resultar perjudicial para ellos y no ser conscientes de ello.
La psicóloga infantil de Clínica INDISA aclara que un exceso de deberes supone una gran frustración para un niño que quiere terminar la tarea asignada, pero ve cómo lo sobrepasa y el cansancio no lo deja seguir. “De hecho, el rendimiento empeora si a la jornada escolar se le suma demasiado tiempo para los deberes en la casa, que es lo que pasa hoy, dejando poco tiempo para compartir en familia”, agrega.
“Hacer tareas de manera mecánica y que, además, no fomentan en casi nada las competencias sociales, no tiene justificación alguna para que el niño les dedique tanto tiempo en casa”, explica Andrea Saavedra.
Lo primordial para prevenir y manejar el estrés escolar es mantener un ambiente hogareño y escolar sano; un balance entre descanso, actividad física y tareas, y una nutrición balanceada y en horarios específicos.
¿Cómo saber si tu hijo está estresado? Estos son algunos síntomas:
• Agresividad o irritabilidad más allá de lo normal.
• Problemas para dormir.
• Disminución del rendimiento escolar.
• Frecuentes dolores abdominales y/o de cabeza.
• Llanto sin motivo.
Los padres que detectan este problema deben descifrar la causa y, para eso, hay que remitirse a las vivencias de los últimos seis meses, buscando posibles cambios que les hayan afectado. La experta en salud mental de Clínica INDISA, Andrea Saavedra, explica que “hay que tener en cuenta que los estímulos estresantes son subjetivos y que el niño podría estar sobrepasado por situaciones que para uno no tienen importancia”.
Hay ciertas cosas con las cuales los padres pueden contribuir con su hijo para que se sienta más tranquilo con este tema:
●Pregúntale cuáles son sus miedos y preocupaciones, y trata de explicarle lo que le pasa.
●Nunca minimices sus emociones.
●Realiza actividades que fortalezcan su autoestima.
●No lo retes por tener ese comportamiento o andar desganado/irritable.
●No uses el castigo, sino los refuerzos positivos.
●Trata de incentivarlo a hacer ejercicio físico.