Las aplicaciones de movilidad arribaron para transformar el concepto del transporte y ya se convirtieron en una herramienta crucial
● El 77% de los encuestados considera que este tipo de plataformas tecnológicas entrega un servicio conveniente en cuanto a precios y tiempos de traslado.
● En tanto, el 82% señala que son una buena alternativa para la generación de ingresos.
Las aplicaciones de movilidad arribaron para transformar el concepto del transporte y ya se convirtieron en una herramienta crucial para facilitar el traslado de los chilenos. Así lo demostró un reciente estudio de Criteria, que develó que 3 de cada 5 personas considera a estas apps un servicio necesario.
El estudio indicó que dichas plataformas son consideradas como necesarias o muy necesarias por el 64% de los consultados, mientras que un 86% sostuvo que la llegada de este tipo de servicios ha sido muy beneficiosa para los usuarios. Un 28% de los encuestados se declaró, incluso, fanático de esta forma de movilidad.
Los usuarios evaluaron los atributos de las apps de movilidad, calificando como “adecuados” el costo (66%) y el tiempo de recogida (50%). En esa línea, un 77% de las personas considera que son convenientes, al ser una buena combinación entre precio y espera. Por lo mismo, la mayoría de los consultados estaría de acuerdo con que la oferta creciera: un 55% manifestó que le gustaría que hubiese más conductores ofreciendo sus viajes utilizando aplicaciones de movilidad.
Ganan terreno como alternativa de desplazamiento
El hecho de pedir un vehículo para movilizarse se estaría convirtiendo en un hábito para gran parte de las personas. De hecho, en el periodo previo a la pandemia del Covid-19, esta fórmula que facilita el transporte alcanzó el 63% de las preferencias y se posicionó como la tercera opción después del Metro (79%) y de los buses del transporte público (71%).
Las aplicaciones de movilidad, incluso, se imponen como una alternativa al uso del vehículo propio, respuesta que se ubicó en cuarto lugar con un 44% de las preferencias.
Sobre las ocasiones en que se usan las aplicaciones de movilidad, el estudio reveló que en un contexto normal (sin Covid-19), el 51% de los encuestados recurre a este método como primera alternativa durante salidas nocturnas, lo que incluye panoramas como restaurantes, cines, bares u otros; un 49% lo hace como primera opción para asistir a fiestas; y un 45% las elige por sobre otras cuando visita a amigos o familiares durante la noche.
Opción para ingresos y urgencia de una legislación
La encuesta realizada por Criteria también sondeó cómo las apps ayudan en la economía de las familias. De hecho, el 82% de los consultados declaró que estas son una buena alternativa para generar más ingresos de manera independiente, y un 47% estaría dispuesto a sentarse tras el volante, ante la eventualidad de quedar desempleado o registrar una caída en sus salarios regulares.
En ese sentido, un marco regulatorio del servicio se hace cada vez más urgente. Del total de consultados, el 56% manifestó que ya es necesario o muy necesario contar con una ley sobre la materia. Según los encuestados, legislar al respecto impactaría positivamente en distintos sectores. De hecho, cuando se consultó sobre las repercusiones para los conductores de taxis, un 73% sostuvo que estos se verían beneficiados o muy beneficiados; al repetir la consulta con foco en los usuarios, el 63% declaró que el impacto sería positivo; y en término de conductores que usan aplicaciones, un 59% sostuvo que habría beneficios.
Por último, al preguntar la opinión sobre las prohibiciones que debe tener la ley, un 49% estuvo en desacuerdo o muy en desacuerdo en limitar la cantidad de conductores que puedan utilizar las apps de movilidad; un 48% se manifestó contrario a privar la incorporación de vehículos de más de 3 años de antigüedad a las aplicaciones; y un 43% rechazó la prohibición de funcionamiento de autos con motores pequeños (menos de 1.500 cc) en las apps.
El estudio de Criteria, solicitado por DiDi, consideró una muestra de mil hombres y mujeres mayores de 18 años, residentes de las regiones II, IV, V, VIII, IX, X y RM, y de niveles socioeconómicos ABCD.