El vicepresidente del Senado Rabindranath Quinteros advirtió que la pobreza será una de las secuelas sociales a largo plazo que dejará la pandemia en Chile.
En ese sentido, dijo que la aprobación del proyecto que incorpora a las trabajadoras de casa particular al seguro de desempleo ayuda, pero “no es suficiente”.
El legislador explicó que el proyecto aprobado beneficia enormemente a las trabajadoras, incorporándolas al seguro de cesantía y a todos los beneficios que ello implica, “colocándolas al mismo nivel que otros grupos de trabajadores de nuestro país”.
Sin embargo, Quinteros hizo ver que la reciente encuesta social Covid arrojo que durante la emergencia en un 38,4% de los hogares disminuyó el número de personas ocupadas, pero la “peor parte de la llevan las mujeres”.
“Los hogares con jefatura femenina y los que pertenecen a los que pertenecen a los dos quintiles más pobres son los más vulnerables y el gobierno deberá buscar la forma de entregar una ayuda adicional”, subrayó
En ese sentido dijo, “llegó el momento de que el gobierno cumpla su palabra y destine recursos frescos para ir en ayuda de este sector. Su argumento para no aumentar el Ingreso Familiar de Emergencia fue que debía guardar recursos para los meses que seguían y hoy estamos en septiembre y vemos que el 50% de la gente declara que no le alcanza el sueldo para llegar a fin de mes”.
El parlamentario insistió en que las trabajadoras de casa particular, “han tenido que afrontar como todos los chilenos la crisis económica que ha acarreado el covid sin contar hasta ahora con un fondo de cesantía al cual acudir, lo que las dejaba en una situación muy precaria” y destacó el trabajo realizado por las dirigentas para sacar adelante esta iniciativa.
“Aunque se concretó el anhelo de este grupo de trabajadoras, el Estado tiene que hacer más porque claramente ellas ni el resto de los trabajadores podrán salir de esta crisis sin la ayuda del Estado”, sentenció.
En esa línea, insistió en su llamado a que Hacienda y Trabajo confirmen una mesa junto a trabajadores y empresarios para buscar una fórmula que permita aumentar el sueldo mínimo y mecanismos que ayuden a crear fuentes de trabajo.
“El gobierno no puede escudarse en que se perderán nuevos empleos si se sube el sueldo mínimo. Esa excusa no es válida cuando se trata de evitar que cientos de familia caigan en la pobreza extrema. Llegó la hora de activar todos los programas de ayuda. Hoy es el momento de ayudar, no mañana” , subrayó.
Por: Manuel Gallardo Fuentes