El hallazgo consistiría en pisadas del animal que tendrían unos 45 mil años de antigüedad. Se pidió resguardo del sitio para protegerlo.
Vestigios de la vida que ocurría en nuestra zona hace miles de años serán posibles de estudiar hoy gracias al hallazgo de huellas de gonfoterio encontradas en nuestra comuna y que permitirá un minucioso análisis de parte de investigadores y de instituciones para desentrañar el modo y tipo de existencia en la zona.
Gracias a las evidencias encontradas en el borde costero, profesionales de la Municipalidad de Puerto Montt, Dirección de Bibliotecas y Museos, Subsecretaría de Desarrollo Regional y Consejo de Monumentos Nacionales se abordaron distintas líneas de trabajo para impulsar el análisis de los vestigios que en un principio han sido datados con una antigüedad de 45 mil años.
La primera tarea será desarrollar un plan estratégico para la conservación de este hallazgo, el cual fue descubierto hace dos años por el antropólogo Ricardo Álvarez.
Los gonfotéridos (Gomphotheriidae) son una familia extinta de proboscídeos, emparentados con los elefantes actuales, que vivieron entre el Mioceno y el Holoceno, entre 12 millones hasta hace unos 10 mil años. Algunos géneros vivieron en partes de Eurasia, Norteamérica y -siguiendo al Gran Intercambio Biótico Americano- alcanzaron Sudamérica.
Hace unos 5 millones de años empezaron a ser gradualmente reemplazados por los elefantes modernos, pero los últimos géneros de esta familia, procedentes de Sudamérica como el género Cuvieronius no se extinguieron hasta hace unos 9 mil 100 años antes del presente.
REACCIONES
Jean Paul Jouannet, director de Secplan explicó que “tenemos todo el apoyo del Consejo de Monumentos Nacionales, para mantener, conservar y darle a conocer a la comunidad este nuevo descubrimiento. Se trató de una reunión para desarrollar distintas líneas de acción”.
Ángel Cabezas, director nacional del Consejo de Monumentos Nacionales explicó que “la Ley de Monumentos Nacionales establece que los bienes paleontológicos y arqueológicos son propiedad del Estado y de todos los chilenos. La primera tarea será trabajar con las comunidades y autoridades locales, para cuidar este descubrimiento e incentivar a la marina, con el objetivo de tener una vigilancia lo antes posible. Además hay que trabajar con la Subdere, para conseguir los recursos para la puesta en valor de estas huellas”.
Pamela Urtubia, directora del Museo Juan Pablo II de Puerto Montt, manifestó que “la intervención tiene que ver con la conservación in situ del lugar donde están las huellas”, indicó.